Entre motos y toros.

Hace aproximadamente dos años me compre una revista de motos. No de motos de carretera, ni de trial, es una revista sobre motos Custom, las choper de toda la vida.
La revista se llama Biker Zone y es la Número 154. En su portada aparecen dos tías, una rubia y una morena que están de toma pan y moja. Están sobre una moto naranja bastante bonita la cual es comentada en el artículo principal de la revista. El nombre de la moto es “Fuck You” y en la foto principal, junto al nombre de la moto, reza la siguiente frase a modo de eslogan:
“Las autoridades sanitarias informan que las comidas de polla no provocan gripe aviar. Se pueden seguir comiendo tranquilamente”.
He encontrado un enlace a la portada aquí.
Nunca me ha dado por guardar este tipo de revistas, sin embargo esta la tengo guardada. No por la moto, ni por el nombre, ni por el eslogan ni mucho menos por las dos tías, sino por el artículo, en el cual aunque parezca ilógico, aparece el siguiente texto:

“El debate casi siempre es estéril y el conflicto es irreconciliable. Cuando de pequeñito ví una corrida de toros, grabé en la bisectriz de mi memoria las sensaciones para siempre. Para algunos, el toro de lidia sobrevive gracias a las corridas, sino no existiría. Las corridas son el enfrentamiento de la racionalidad y la fuerza. La valentía del torero y la nobleza del toro. Para otros solo es una tortura gratuita que empieza 24 horas antes cuando lo encierran a oscuras para que al soltarlo, la luz y los gritos de los espectadores lo aterren y trate de huir, lo que produce su imagen de ferocidad. Además le golpean en testículos y riñones, le inducen diarrea al poner sulfatos en el agua que bebió para que llegue débil al ruedo. Se le han untado los ojos de grasa para dificultar la visión, se le aplica una sustancia en las patas que le produce ardor y le impide estarse quieto. Se le han recortado los cuernos para proteger al torero, aunque esto esta prohibido en España. Los caballos de los picadores mueren en 3 o 4 corridas y es habitual que sufran roturas y destripamientos. El peto que les “protege” evita que el público vea las vísceras desgarradas. Si el toro embiste con mucha energía, el picador hace su trabajo: desangrar al toro al clavarle la lanza que destroza los músculos del lomo, lesionándole vasos sanguíneos y nervios. Las banderillas aseguran que la hemorragia siga, tratando de colocarlas en las heridas ya abiertas por los puyazos del picador.. Al moverse el toro, el peso de las banderillas hace que se muevan prolongando el desgarro. Algunas banderillas tienen un arpón de 8cm y se las llama de castigo (para cuando el toro ha logrado evadir la lanza del picador). La perdida de sangre y las heridas en la espina dorsal impiden que el toro, exhausto, levante la cabeza de manera normal, y es cuando el torero puede acercarse y pavonearse. Mas tarde el toro es atravesado con una espada de 80cm de longitud que puede destrozarle el hígado, pulmones y pleura, según por donde penetre. Cuando rasga la gran arteria, el toro agoniza vomitando sangre y ahogándose en ella. Difícilmente mueren de la estocada que no alcanza el corazón como se cree. Algunos toros, en intento desesperado por sobrevivir, se encaminan penosamente hacia la puerta y son apuñalados en la nuca con el descabello, un puñal de 10cm. A pesar de esos tormentos, el animal no muere por su gran fuerza, pero finalmente cae al suelo con los órganos internos destrozados. La tortura no ha terminado. Lo rematan con una puntilla de 19cm con lo que intentan seccionarle la médula espinal. El toro queda paralizado. Si no ha muerto por asfixia, ha perdido el control desde el cuello para abajo, sin embargo es consciente del horror y de cómo es arrastrado fuera del ruedo.
Aunque a veces nos posicionemos con firmeza con algún tema, supongo que no hay verdades absolutas y que la razón, en su totalidad, no es patrimonio de nadie.”

El autor de las fotos y del articulo firma como “Thaibox”.