martes, 10 de febrero de 2009

Telefoneando ando.

Los que llevéis tiempo por aquí, en alguna ocasión habréis leído el temita que me traigo con el teléfono de la oficina. El tema principal es que me llaman preguntando por Julia que trabaja en el departamento de medioambiente del ayuntamiento. Aquí, aquí y aquí hay algún ejemplo. Cuando lo he tecleado le he cambiado el nombre a la buena mujer, me daba cosa poner el de verdad, hoy le pongo porque creo haber resuelto el tema, al menos parcialmente.

Hoy por la mañanita me ha llamado un señor muy amable al que le he explicado por milésima vez que esto es una empresa privada. El buen hombre lo único que ha hecho a sido preguntar por Julia y decir que le han facilitado el número en la centralita del ayuntamiento.

Yo estoy supermegaocupadodelamuerte, pero ante la aparición de nuevos implicados (centralita), me he decidido a resolver este enigma de una vez por todas.

En primer lugar, he hecho algo que no se le ocurriría a prácticamente ninguno de los mortales, he consultado el teléfono del departamento de medioambiente en la web del ayuntamiento. Todo el mundo que llama lo hace a mi número, pero no le tienen equivocado, así que yo espero encontrar en la web una coincidencia.
Para mi asombro y tremenda perplejidad, encuentro algo totalmente diferente. No voy a poner los números, por temas de seguridad nacional y para que nadie que lea esto me vacile, así que para hacer las comparaciones, voy a poner letras.

El numero de mi oficina es : 942 XXX ABC
El número de medioambiente es: 942 XXX DEF

No coincide ninguno de los tres últimos, pero ni uno oye. Esto me empieza a mosquear, así que tengo que seguir con mas comprobaciones. El siguiente paso es llamar a la centralita del ayuntamiento. Entiendo yo que si al pibe que me llamó le dieron un número (el mío) a mi me darán el mismo.
He llamado a la centralita, me ha contestado una señora con una voz entremezclada de robocop y máquina expendedora de tabaco. Le he preguntado por el teléfono de medioambiente y me ha dicho que era el 942 XXX HIJ.

Me ha cascado la risa floja, no he sabido reaccionar de otra forma, me ha dado un teléfono con otras tres cifras finales totalmente diferentes. A la telefonista se le ha puesto voz de niña del exorcista y hay ya la hemos rematado. He colgado el teléfono, he dejado pasar unos minutos hasta que se me ha pasado la flojera y me he puesto a razonar. Debido a los acontecimientos, he llegado a dos conclusiones previas.

Opción A: Soy Moe. Pero no este, sino este otro. No tengo bar, pero alguien conoce mi trabajo como “la oficina de Moe” y hay una legión de Bart simpson muy bien organizados pegándome una vacilada tremenda y que dura años.

Opción B: La de centralita es una funcionaria resentida y malfollada a la que le quedan dos telediarios para jubilarse y le esta montando al ayuntamiento un quilombo de tres pares de cojones. Debe de estar dando los teléfonos a voleo, según le viene y los de medioambiente me llaman a mi, los que preguntan por la banda municipal les dará el teléfono de extremoduro y los que preguntan por el alcalde pues les facilitara el teléfono de algún puticlub, vete tu a saber.

Ninguno de estos razonamientos me convence del todo, así que en un alarde de valentía, debido seguramente a la cafeína que tengo en el cuerpo, me decido a llamar a esa mujer que me ha tenido a su servicio como telefonista durante largo tiempo, a ver si por un casual existe.
Lo primero que hago es decidir si llamo al número de la web o al que me ha facilitado la telefonista. Me decanto por el de la web, ya que la telefonista no me inspiró mucha confianza.

- Ti ti ti – ti ti ti - ti ti ti.
- Buenos días ¿Dígame?
- Hola buenas. Quería hablar con Julia.
- Un momento, le paso.

No me jodas. “Le paso” ha dicho “Le paso”. Julia existe. Esto no es una conspiración judiomasonica en mi contra. Que nervios, que emoción. Los segundos se convierten en horas…

- ¿Si?
- ¿Julia?
- Si dígame.

Oye, que suena a maja y todo. Hemos charlado sobre el asunto. Resulta que es una confusión con las extensiones internas del ayuntamiento y las de mi empresa. Lo que ella tiene como extensión interna, y que no funciona llamando desde el exterior, se convierte en el número de mi oficina. En realidad la gente se equivoca, o le dan el número mal porque entremezclan los seis primeros números que son buenos, con su extensión interna.. Hemos acordado que ella llamará a centralita (la acompaño en el sentimiento) para decirle a la resentida que no facilite su extensión, que solo de el numero general. Yo por mi parte, si alguien vuelve a llamar, pues les facilitaré el número bueno, ahora que le conozco.

3 Comments:

escarabajo said...

ni iker jimenez lo hubiera resulto tan facilmente jeje!!!

NURIA said...

a mi casa llevan llamando 2 años preguntando por un reparador de televisiones.mi numero es exactamente igual menos el ultimo de ellos.

cuanto cobras por solucionarme el problema?jjejeje

Luna said...

Si es que es usté un "casho" pan...
Mira que considerado... ahora va a hacer buenas obras para que Julia reciba sus llamadas en lugar de "robarselas" usted...
Snif snif..ay...me "embraga" la emoción por tan noble acto.. snif...


PD: se está volviendo usté un blandurrio.. ¬¬..